Según concluyó un estudio de la Comisión de Transportes del Colegio de Ingenieros Industriales de Valladolid (España), los vehículos eléctricos no son lo suficientemente maduros para sustituir actualmente a los de combustible fósil. En cierto que los vehículos ‘verdes’ serán sin duda el futuro de una movilidad limpia y sin emisiones, pero todavía no están preparados para ser el presente.
Tal como publica Motor & Movilidad, esta falta de madurez reside en su tecnología, aunque desde la misma organización apuntan que ya a día de hoy la automoción eléctrica es un «gran vector en la reducción de la contaminación urbana». Y es que tanto en las ventas de autos nuevos como en las de vehículos de segunda mano, los eléctricos y los híbridos han conseguido atraer la atención de más conductores que los años anteriores y mejorar sus cuotas de mercado.
Pese a la mejora en las cifras de ventas, algunos de los factores que lastran la implementación del vehículo eléctrico como una alternativa real a los motores de gasolina o diésel son la dificultad para encontrar algunas de las materias primas que forman las baterías, como el litio, y la escasa autonomía de los modelos que se fabrican en Europa.
Por otro lado, hablando de los coches de hidrógeno, que no se enfrentan ni a los problemas de autonomía de la batería ni de tiempo necesario para la recarga, las dificultades son un desarrollo tecnológico y comercialización todavía muy retrasados, a lo que se añade el elevado precio del hidrógeno.
Una dificultad a la que se enfrentan ambos tipos de autos eléctrico es la falta de una red de puntos de recarga de batería o de repostaje de hidrógeno que verdaderamente solucione el problema de las autonomías y las recargas. Aunque ya haya una tendencia a la instalación de puntos de recarga en aparcamientos privados y públicos, este estudio recuerda que muchos coches (el 85%) duermen en la calle.
Vistas todas estas dificultades, desde el Colegio vaticinan que hasta dentro de 10 años los coches eléctricos no serán una alternativa de movilidad real a los coches de combustión y que, quizás, sea el motor de gas en su versión más eficiente o los combustibles sintéticos el verdadero reto de los vehículos eléctricos, que seguirán costando un 25% más en producción que sus homólogos de combustión.
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