A un año de la invasión de Rusia a Ucrania, son muchos los efectos económicos, sociales, geopolíticos, energéticos y diplomáticos, más con la poca esperanza de que el conflicto termine pronto. La guerra ha generado incertidumbre en los diferentes sectores y un desequilibrio a nivel global, aumentando las tensiones por las advertencias, riesgos y uniones en pro y contra de los países en conflicto.
De acuerdo con Theodore Kahn, director asociado de Control Risks, la invasión rusa a Ucrania tuvo afectaciones importantes en los mercados globales de materias primas, por la importancia de esas economías en la oferta global de petróleo, maíz, trigo y otros productos.
“Esto se manifestó en primera instancia en los altos niveles de inflación en la región, sobre todo en países que dependen de las importaciones de estos productos. Luego, el escenario de altos precios internacionales de productos energéticos y alimentos tuvo implicaciones para las finanzas públicas, ya que muchos gobiernos en la región siguen subsidiando el combustible”, dijo Kahn a Portafolio.
Cabe resaltar que la guerra ha provocado una crisis en el sector energético, puesto que Rusia le proveía el gas a Europa y desde el conflicto se suspendió este suministro; esto trajo diferentes afectaciones en la economía de los combustibles. Frente a esto, Munir Jalil, economista jefe para la región andina de BTG Pactual, manifestó que “el fin del envío de gas ruso a Europa llevó a incrementos muy significativos en carbón y petróleo, lo cual benefició a países productores como Colombia, pero perjudicó a importadores netos de esos productos como Chile”.
Es así como el también experto Mauricio Jaramillo, quien además es profesor de la Universidad del Rosario, indicó que la parte más grave de este conflicto es la desaceleración en la transición energética. “Va a ser muy difícil justificar esta transición que era un objetivo de varios estados, con unos precios de petróleo que se van a mantener altos y con nuevos incentivos para la industria extractiva”, explicó.
El conflicto se ha extendido más de lo previsto según lo destaca Alejandro Useche, docente de la Universidad del Rosario, quien además indica que esta guerra ha generado unos efectos más profundos de lo que se esperaban en materia social y económica en el mundo.
“Se puede reconocer que este año se ha incrementado la incertidumbre, lo que se traduce en la reducción de las condiciones necesarias para llevar a cabo negocios para consumir, de manera que ha sido uno de los elementos que le ha puesto freno a la recuperación del planeta pospandemia”, dijo Useche a Portafolio.
Adicionalmente, se destaca que el impacto de la guerra en materias primas para energía como el carbón, petróleo y gas. “Rusia es uno de los grandes jugadores mundiales en esta materia, que tiene efecto especialmente en el mercado europeo”, sostuvo.
Efectos en América Latina
El desafío de la guerra no sólo ha socavado a los países cercanos, sino también ha generado presiones inflacionarias en América Latina. Frente a este aspecto el director asociado de Control Risks indicó que, a pesar de que la incidencia de la guerra en la inflación, esta irá bajando en la región, pero no lo suficientemente rápido.
“La presión externa en los precios va a disminuir, pero los precios de los commodities a nivel global siguen en niveles altos. Los bancos centrales estarán muy pendientes de esto y las tasas de interés seguirán altas en economías como Colombia, Chile, y Brasil”, indicó.
Por su parte, Jalill, aseguró que “salvo Colombia, el resto de los países ya alcanzaron el máximo inflacionario y se espera que en todos veamos disminuciones de la inflación este año”.
Ahora bien, el profesor Useche indicó a Portafolio que, aunque todos los países de la región están tomando un liderazgo para bajar la inflación, aún hay un panorama de incertidumbre en los sectores de interés de los consumidores, por lo que la inflación puede empezar a ceder, pero lo hará de una manera más lenta a los que esperamos”, finalizó.
La guerra aún continúa. Volodímir Zelenski persiste y el ejército ruso sigue ocupando territorio de su vecino. Los 12 meses de tragedia se han saldado ya con millones de refugiados y la muerte de centenares de miles de personas. El tiempo se paró para todos ellos. Para los que han quedado, el futuro sigue sin estar claro. Todo depende del fin de una guerra que vuelva a dar cuerda a un reloj que, pese a funcionar, estará para siempre impactado.
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