América Latina presenta un periodo de alto nivel de tensión social, incertidumbre política y de elecciones que pueden marcar el rumbo de la región, especialmente cambios de signos políticos. El Centro de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile (CEIUC), identifica en un informe, algunos riesgos políticos que enfrenta la región este 2023 y que se mantendrán para el 2024.
A pesar de que la población de América Latina y el Caribe representa cerca del 9% del planeta, la región registra más del 30% de los homicidios mundiales. Los 3 principales países donde se denota más la tasa de homicidio son Jamaica, Venezuela y Honduras con un margen de 38.6/40.9 por cada 100,000 habitantes. En entrevista con Forbes Centroamérica, Jorge Sahd, director del CEIUC comparte, “el crimen organizado lidera la lista este año, donde históricamente se relaciona a países como Colombia, México y América Central, y se ha expandido en el mundo”. Un ejemplo de esta expansión es el caso de Chile y países vecinos, donde en tan sólo un año se ha incrementado el sentimiento de inseguridad.
Según el informe presentado, resalta que el crimen organizado crece donde el estado es relativamente débil, las instituciones corruptas y predominan economías informales con altas tasas de desigualdad y pobreza.
Por otro lado, dos tercios de la población mundial vive ahora en democracias en retroceso o en regímenes híbridos y autoritarios, América Latina no escapa a esta recesión democrática. La situación se ha venido deteriorando progresivamente desde 2007 a la fecha.
Actualmente existen 4 regímenes autoritarios: Cuba, Venezuela, Nicaragua y Haití. En el otro extremo se ubica Uruguay, la democracia de mejor calidad de la región según todos los informes. “Hay una desaflixion de la ciudadanía con la democracia y eso ha hecho que liderazgos con características más autoritarias tienen mayor apoyo en la población“, agregó Sahd.
La gobernabilidad en América Latina es cada vez más compleja y las tensiones entre gobiernos y legisladores van en aumento. La “política de los acuerdos” sufre de escasa valoración, por una parte importante de la clase política y de la ciudadanía, esta última cada vez menos confiada de sus instituciones públicas. La rápida caída del apoyo de los gobiernos se ha traducido en un “voto de castigo” para los oficialismos. Entre 2019 y 2021, en 13 de las 14 elecciones presidenciales, los votantes cambiaron de signo político, con la excepción de Nicaragua, país sin democracia ni elecciones libres.
Crisis migratoria
En la última década en América Latina se han vuelto más dinámicos, complejos y diversos. El principal patrón migratorio actual es intrarregional más que extrarregional. Estos flujos, en su mayoría en búsqueda de mejores oportunidades laborales. El mayor desplazamiento en la región ha sido de ciudadanos venezolanos que huyen de la violencia, la persecución política y la pobreza. En la actualidad existe un total 7,1 millones de venezolanos migrantes y refugiados en el mundo. De esta cifra, 5,96 millones (84,9 %) se encuentran distribuidos en 17 países de América Latina.
“La crisis migratoria que no es un problema propio de cada país, sino que es una situación regional, transnacional donde se requiere una respuesta coordinada de los países“, resaltó Sahd.
Situación socioeconómica
América Latina y el Caribe va a crecer menos que el promedio mundial, pero América Central exhibe un mejor desempeño 2023-2024 a que el Cono Sur, que va acrecer a menos del 1% al primer promedio, con dos países de índice negativo como lo son Argentina y Chile, mientras que en Centroamérica países como República Dominicana, Costa Rica y Panamá van a tener un mejor desempeño económico, no obstante aún hay problemas estructurales en la economía.
“No son positivas las llamadas listas negras o grises a la que pertenecen algunos países de la región, porque generan un llamado de atención que no coincide con la perspectiva económica, que a largo plazo no son favorables, y que habla de esta capacidad institucional como tarea pendiente de fortalecer la economía junto con el combate a la corrupción“, finaliza Shad.