En Canal de Panamá advierte sobre el riesgo inherente por venta de puertos

El administrador del Canal de Panamá, Ricaurte Vásquez, expresó su preocupación sobre la posible venta de dos puertos panameños a un consorcio internacional liderado por Mediterranean Shipping Company (MSC), advirtiendo que la operación podría comprometer el principio de neutralidad del canal.

“Existe un riesgo potencial de concentración de capacidad si el acuerdo se concreta tal como lo entendemos actualmente”, señaló Vásquez en declaraciones al Financial Times, replicadas posteriormente por Reuters. La posible adquisición forma parte de una transacción mayor, en la que el conglomerado CK Hutchison busca vender 43 puertos en todo el mundo por 22.800 millones de dólares.

Según publica Expreso de Perú, MSC, la mayor naviera del mundo y dirigida por la familia del magnate italiano Gianluigi Aponte, figura como el principal inversor en el consorcio comprador, en el que también estaría involucrada BlackRock, aunque ya no lidera la operación.

Vásquez subrayó que una eventual concentración significativa de terminales en manos de un único operador naviero sería “incompatible con la neutralidad del canal” y afectaría la competitividad de Panamá en el comercio marítimo internacional.

“Si existe un nivel significativo de concentración en operadores de terminales pertenecientes a una naviera integrada o a una sola, será a expensas de la competitividad de Panamá en el mercado”, indicó. La operación también ha generado atención internacional.

En China, el principal regulador del mercado anunció en abril que vigilaría estrechamente la transacción y advirtió que las partes involucradas no deben evitar una revisión antimonopolio. Por su parte, el expresidente estadounidense Donald Trump calificó el acuerdo como una “recuperación” de la vía fluvial, en línea con su postura de reducir la influencia china en el Canal de Panamá.

Ante este escenario, Vásquez propuso que la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) considere retomar el proyecto de una terminal propia en el Puerto de Corozal, ubicado en el extremo Pacífico de la vía interoceánica, como una forma de preservar el equilibrio y la autonomía operativa del canal.

Este posible giro estratégico responde a la necesidad de garantizar una infraestructura portuaria diversificada y abierta, alineada con los principios de libre competencia y neutralidad histórica que han caracterizado al canal desde su transferencia a Panamá.

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