Dada su extensa y variada geografía, Chile es un país vulnerable al cambio climático, lo que genera grandes riesgos para las personas, el medioambiente, la actividad económica y el desarrollo futuro. El fenómeno ha puesto en riesgo el desarrollo sostenible nacional, según afirmó el Banco Mundial.
Los eventos asociados al clima son cada vez más intensos, frecuentes y extremos, con lo que provocan impactos severos sobre los recursos naturales de los cuales se sirve el país. El Banco Mundial defiende que el cambio climático y el desarrollo bajo en carbono deben estar en el centro de la toma de decisiones. Por esto, dedicó al tema una de sus “Piezas para el desarrollo”, trabajadas junto a Diario Financiero Chile.
En este sentido, se han dado algunos pasos como por ejemplo:
- Se comprometió a alcanzar la carbono neutralidad para 2050. Este proceso hacia el desarrollo resiliente y bajo en carbono debe ser inclusivo, según la entidad, evitando el aumento de brechas de inequidad social.
- Se debe procurar mantener la competitividad económica a largo plazo.
Ana Bucher, especialista senior en Cambio Climático del Banco, afirma que “Chile corre una carrera contra el tiempo ante tres crisis simultáneas: una pandemia sin precedentes en los últimos 100 años, la necesidad de un desarrollo social inclusivo, y una severa sequía que nos dice que el cambio climático es ahora”.
Incluso en medio de una “difícil situación fiscal” como consecuencia de la pandemia, “un futuro verde en Chile puede ser al mismo tiempo una oportunidad para un camino más sustentable y con crecimiento económico”. Esta meta puede ser un gran incentivo para reorientar algunos programas, para que favorezcan un uso sostenible de los recursos naturales.
Esto, de la mano de fomentar actividades de desarrollo bajas en carbono, de cara a contribuir también a una mayor productividad y competitividad. Industrias y personas Los desafíos que tiene Chile se agrupan, según el Banco Mundial, en dos áreas. Una, apunta a reducir significativamente las principales fuentes de emisión y fomentar vías de absorción de carbono de la economía.
La otra tiene que ver con la vulnerabilidad social derivada de la pobreza energética y del nuevo paradigma de la carbono neutralidad. Los expertos aseveran que un paso clave es realizar cambios al marco regulatorio y aumentar la infraestructura de transmisión, para permitir que se masifique la energía renovable y aumente la electrificación de la economía.
También sugieren acelerar el avance de la electromovilidad del transporte público urbano y suburbano, adaptando la experiencia de Santiago e intensificando la producción y uso de combustibles limpios en el sector, además de reducir las emisiones de la minería usando hidrógeno verde.
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