El nuevo indicador mundial de impacto logístico en las ciudades está en marcha, una vez presentado de forma oficial por la gente de Prologis, que junto al Center for Sustainable Cities de IE University fueron quienes diseñaron la herramienta, que tiene como objetivo poder establecer métricas en el sector de la última milla.
Básicamente, lo que permitirá este instrumento es analizar qué tanto se van cumpliendo los desafíos de la logística urbana, que ha crecido de modo acelerado en los últimos años, sobre todo a partir de la pandemia por coronavirus, intentando averiguar las maneras en las que esta distribución afecta a los entornos en los que se realiza.
Lo interesante de este índice es que es el primero en su tipo a nivel internacional, y se va a aplicar antes que nada en las dos ciudades más importantes de España, Madrid y Barcelona, aunque fue pensado para que cualquier localidad alrededor del mundo pueda investigar qué tan eficientes están siendo sus soluciones logísticas.
Como bien explicó Manuel Pérez Romero, director del IE Center for Sustainable Cities, “el aumento de densidad de las ciudades, junto con el incremento del e-commerce, especialmente después de la pandemia, supone un reto global”, uno que hay que afrontar desde todos los puntos de vista: medioambiental, social y hasta político.
A largo plazo, se espera que este tipo de plataformas, ayuden a quienes tienen que establecer la última milla logística, a decidir con mayor información cuáles son los servicios ideales para cada trazado urbano, clasificándolos por el vehículo más conveniente para los repartos: furgonetas eléctricas, bicicletas eléctricas o por qué no drones.
Congestión urbana es el reto de la logística de última milla
A medida que el comercio electrónico sigue creciendo a ritmos cercanos al 30% en número de transacciones, según los últimos datos de Competencia, sigue surgiendo nuevos retos que se vienen a añadir a otros de largo recorrido.
En este sentido, si las entregas domiciliarias tienen que hacer frente al imperioso problema de su rentabilidad, con casos como el más reciente de Walmart en los Estados Unidos, ahora el incremento de los volúmenes de envíos trae a la palestra el dilema que genera la congestión para un servicio que se lo juega todo a las cartas de la flexibilidad y la comodidad.
En este contexto, se prevé además que genere mayores dificultades en los accesos a las principales ciudades europeas, a medida que se generalice la implantación de áreas de acceso restringido.
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