Un reciente análisis de J.P. Morgan hace referencia a los impactos que tendrá la crisis bélica causada por los ataques terroristas hutíes en las costas yemeníes del mar Rojo sobre el conjunto de la economía global.
La zona es uno de los principales nodos para el tráfico mercante internacional y copa un 30% del transporte marítimo mundial. De igual manera, según los analistas norteamericanos, los desvíos establecidos por las principales navieras para evitar las hostilidades en la zona están suponiendo un incremento de los tiempos de tránsito de las principales rutas globales de un 30%, algo que, a su vez, se traduce en una reducción de la capacidad de la flota mundial de contenedores de un 9%.
Asimismo, la situación en el Mar Rojo genera un incremento de los fletes, que en el caso de las rutas entre Asia y Europa implica multiplicar por 2,5 o por tres los valores existentes a mediados del pasado mes de diciembre.
Como consecuencia de la situación, J.P. Morgan espera un impacto moderado de la situación sobre la inflación, que podría situarse en el 3%. Con más detalle, la compañía estima que la crisis bélica en el mar Rojo tenga un efecto directo sobre la evolución de los precios, especialmente si se prolonga, de tal modo que podría hacer que se incrementaran 0,3 puntos a nivel global y 0,7 puntos para el caso de productos básicos.
De momento, parece que el impacto inflacionista del cierre del paso del mar Rojo por los ataques terroristas no se está dejando notar, ya que los cargadores han decidido mayoritariamente absorber los incrementos de costes y no repercutirlos a costes, a la vista, sobre todo, de la debilidad de la demanda.
Estas prácticas pueden provocar que haya un cierto desfase entre la evolución de la crisis y la de los precios, que dependerá tanto de la duración del conflicto, como de la intensidad de los ataques.