La extensión de la crisis bélica en Gaza a las aguas de Yemen en el Mar Rojo ya es un gran problema para el tráfico mercante mundial y, como consecuencia, también para unas cadenas de suministro que, pese a los sucesivos embates que han venido sufriendo desde el inicio de la pandemia, siguen siendo muy globalizadas y dependientes de los suministros chinos.
En este sentido, Linerlytica estima que se necesita añadir setenta buques con una capacidad total de un millón de contenedores a la oferta actual para mantener las frecuencias semanales establecidas en la treintena de servicios que enlazan el continente asiático con el norte de Europa y el Mediterráneo, como consecuencia de los desvíos por el cabo de Buena Esperanza para evitar posibles ataques terroristas en el Mar Rojo.
Si no se aumenta la capacidad en estas líneas, podría producirse escasez de espacio en unos servicios que seguirán circunnavegando África al menos otro mes más. Dentro de este marco, el último análisis de Linerlytica constata que el volumen de flota ociosa está durante la tercera semana de este año en un nivel mínimo de un 0,5% con un total de 132.374 TEUs en un total de 82 buques.
A su vez, la congestión portuaria mundial afecta a un 5,6% de la flota total, con una capacidad de 1,57 millones de TEUs. Por otro lado, la consultora estima que en los últimos treinta días se han incorporado al mercado un total de diez portacontenedores con una capacidad total de 16.616 TEUs.