Una gran parte del transporte marítimo mundial está evitando el Mar Rojo, la principal ruta comercial del mundo, producto de una serie de ataques a embarcaciones en la vía fluvial clave para el transporte de todo, desde petróleo hasta carbón y televisores.
Los militantes hutíes en Yemen están atacando barcos para mostrar su apoyo a Hamás en su guerra contra Israel, y algunos en la región temen que una respuesta demasiado contundente sólo aumente la violencia. Y es que Estados Unidos está formando un grupo de trabajo que impida que los hutíes sigan atacando embarcaciones. Esta situación está generando serios inconvenientes en el normal desarrollo del comercio internacional, al transporte marítimo y la logística global, al punto que en las últimas horas se ha visto un importante aumento en el precio del barril de petróleo Brent.
Precio del petróleo al alza
Tal como publica El Mundo, la guerra en Gaza se ha extendido al mar Rojo y, de ahí, al bolsillo de los consumidores. BP, la tercera mayor petrolera privada del mundo, ha suspendido el paso de sus petroleros por el mar Rojo debido a esta oleada de ataques contra barcos mercantes llevados a cabo por las milicias hutíes de Yemen, armadas por Irán y que simpatizan con Hamas.
La noticia ha hecho lo que los sucesivos anuncios de recortes de producción por parte de la OPEP no habían logrado hacer subir el precio del barril de petróleo. El barril de Brent, que se usa en todo el mundo como referencia, subió un 1,1% en los minutos posteriores al anuncio, hasta los 72 dólares. El West Texas Intermediate, que juega el mismo papel en Estados Unidos, lo hizo un 1%, hasta los 77 dólares. Los precios de los futuros del gas natural en Europa saltaron un 8,5%
La decisión de la británica BP, supone la primera disrupción del mercado mundial de la energía debido a la situación en el mar Rojo que es, además, consecuencia directa de la guerra entre Israel y Hamas en Gaza.
Pero la cancelación de los viajes de sus petroleros y buques gasistas se suma a una larga serie de empresas de transporte marítimo que han decidido en las últimas 72 horas que esas aguas son demasiado peligrosas y que, por tanto, es mejor hacer que sus barcos tomen la ruta del cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica.
Eso supone circunnavegar toda África, con lo que los cargamentos de crudo desde Oriente Próximo pueden retrasarse hasta cinco semanas más, y los de mercancías de Asia, tres, en llegar a sus destinos en Europa.
La danesa Maersk, la mayor empresa de transporte de contenedores del mundo, anunció que sus buques no cruzarían el canal de Suez el viernes. La alemana Hapag-Lloyd – la mayor rival de Maersk -, la suiza MSC, y la francesa CMA CGM tampoco van a usar el mar Rojo. Días atrás, la ministra de Asuntos Exteriores francesa, Catherine Colonna, ha anunciado, en el transcurso de una visita al Reino Unido, que los ataques hutíes a los barcos mercantes «no pueden quedar sin respuesta«.
Esta crisis golpea especialmente a Europa, dado que el tráfico de productos manufacturados de Asia al viejo continente se realiza fundamentalmente a través del canal de Suez. Las grandes economías desarrolladas de Norteamérica y Asia son menos vulnerables, porque reciben esas mercancías a través del Pacífico. No obstante, el precio de las materias primas, como el petróleo, se fija en el mercado mundial, con lo que sube y baja en todas partes de manera similar. En todo caso, en un momento en el que la inflación empieza a aminorarse en Europa, con el BCE descartando nuevas subidas de tipos, el cierre de facto del mar Rojo -y, con él, del canal de Suez- es una pésima noticia para Europa.
En los últimos días, los ataques hutíes con misiles a la navegación en el mar Rojo han alcanzado un nuevo nivel y, a pesar de la interceptación de misiles por los navíos estadounidenses y británicos, varios mercantes han sido alcanzados por misiles.