Líderes indígenas y del Gobierno de Ecuador se reunieron en un intento por desactivar las masivas protestas que completaron dos semanas de presión para exigir alivios contra el elevado costo de vida. En un segundo acercamiento, miembros de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE) y el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, dialogaron en la Basílica del Voto Nacional de Quito.
La idea es «que podamos tener de alguna manera una política que pueda beneficiar más a los pobres», empezó diciendo Leonidas Iza, presidente de la CONAIE en la reunión transmitida por redes sociales.
Según especifica Deutsche Welle, unas treinta personas representantes de distintas organizaciones, incluida la Iglesia y la Defensoría del Pueblo, rodearon la mesa de diálogo. «Los pueblos indígenas realmente hemos sido insultados«, continuó Iza, líder de las protestas.
Alrededor de 14.000 personas indignadas protestan en Ecuador con un abanico de reclamos y una punta de lanza: reducir precios de combustibles que encarecieron los fletes en las regiones agrícolas y llevó a agricultores a cosechar a pérdida.
El movimiento indígena y el Gobierno sostuvieron un primer acercamiento en privado, del que no se conocieron detalles. En ninguno ha participado el presidente derechista Guillermo Lasso. En medio del estallido social, el Parlamento debate la posibilidad de destituir al mandatario, a quien un sector de la oposición considera responsable de la «grave crisis política y conmoción interna» que vive el país desde el 13 de junio.
Las concesiones de Lasso
Acosado por las protestas y el Congreso, Lasso ha cedido parcialmente en algunos de los reclamos de los grupos indígenas como muestra de voluntad de diálogo: el 23 de junio permitió a unas 5.000 personas manifestantes alojarse en la Casa de la Cultura, un lugar simbólico de los pueblos originarios, que estuvo hasta entonces requisado por la Policía.
El 25 de junio puso fin al estado de excepción, bajo el cual los militares salieron de los cuarteles y se decretó un toque de queda nocturno en Quito. Y el 26 de junio redujo precios de combustibles, aunque no en la proporción que pedían los grupos indígenas y que fue el detonante de la crisis.
Mientras tanto los cortes de ruta y la toma de más de 1.100 pozos en medio las manifestaciones tienen en jaque al petróleo, principal rubro de exportación. Si las protestas continúan, el país podría dejar de producir el oro negro en 24 horas, de acuerdo con el Gobierno.