La Unión Europea dio un paso importante en la protección contra ciberataques en la industria automotriz al introducir nuevas normativas que obligan a los fabricantes a reforzar sus sistemas para evitar acciones digitales maliciosas, las que muchas veces tienen como blanco los miles de datos que recopilan los vehículos modernos.
Tal como recuerda en su publicación EMOL, a partir del 7 de julio de este año, todos los modelos nuevos que se vendan en los mercados del bloque deberán cumplir con los reglamentos R155 y R156 de la ONU, establecidos para garantizar la integridad de los sistemas electrónicos de los automóviles. El reglamento R155 requiere un sistema de gestión por parte de los fabricantes para abordar las vulnerabilidades de seguridad. Mientras tanto, el R156 asegura actualizaciones de software más seguras frente a amenazas cibernéticas.
Pese a ser considerado un avance, estas nuevas disposiciones significaron un duro golpe para algunos fabricantes como la alemana Porsche que deberá retirar de los mercados de Europa algunos de sus modelos, como el Macan de combustión y el 718 Boxster/Cayman, debido al alto costo que significa actualizar su electrónico para cumplir con los nuevos estándares.
Se estima, añade un artículo de AutoBild.es, que otras marcas, como Audi, Renault y Smart, sigan el mismo camino, mientras que otras, como Mercedes, afirman estar preparadas para cumplir con las nuevas regulaciones sin afectar su cartera de productos.
Expertos en el campo, como el economista alemán Moritz Schularick, han expresado sus preocupaciones sobre el potencial de los vehículos modernos para ser utilizados como herramientas de vigilancia. El experto explicó que los vehículos más modernos, como los eléctricos, están equipados con numerosos sensores y cámaras para operar los múltiples sistemas de asistencia a la conducción, los que podrían ser vulnerables a la recopilación y transferencia de datos sensibles, lo que los convierte en objetivos atractivos para las agencias de inteligencia.
“Se trata de datos sensibles que pueden ser desviados, especialmente con los autos eléctricos. Desde la perspectiva de las agencias de inteligencia, estos vehículos, con sus numerosos sensores y cámaras, no son más que máquinas espía sobre cuatro ruedas«, señaló Schularick.
En la misma línea, un reciente estudio realizado por el Centro Alemán de Gestión de la Automoción (CAM) y Cisco Systems subrayó la inminente amenaza de ciberseguridad para los automóviles modernos. Según Stefan Bratzel, director del CAM, el aumento de los vehículos definidos por software, la conducción autónoma y la cadena de suministro interconectada intensifican aún más los riesgos cibernéticos y de ahí la necesidad de estar más protegidos.