Importancia de las fintech en Centroamérica

Contrario a lo ocurrido hace un año donde el sector de las fintech tuvo un descenso de la mitad de su valor, se estima que para 2030 esta industria se posicione como una de las más rentables al aumentar sus ingresos en seis veces, pasando de US$245 mil millones a US$1,5 billones.

Así lo demuestra el más reciente estudio de Boston Consulting Group (BCG), que señala que debido al desarrollo de acciones innovadoras y a la mejora en la experiencia del cliente, las tecnologías financieras podrían tener un mayor posicionamiento en el mercado. Partiendo de este contexto, Forbes Centroamérica explica en su publicación que, Asia – Pacífico está cerca de convertirse en el principal mercado fintech del mundo para 2030, con una tasa de crecimiento anual compuesto proyectado (CAGR) del 27%.

Esta es una región que cuenta con varios factores que sirven como abono para el desarrollo de estas empresas, pues no sólo tiene las fintech más grandes, sino que además cuenta con poblaciones voluminosas sub-bancarizadas, un gran número de PYMES y una juventud y clase media con conocimiento de esta tecnología.

Centroamérica y el Caribe

Se ha proyectado que América Latina verá una penetración acelerada de las fintech, con un CAGR de ingresos del 29%. En Centroamérica y El Caribe, existe una gran apuesta por el desarrollo de las fintech.

No sólo se espera ver un acelerado crecimiento en la innovación, sino que también se evidencia que habrá un retorno al hogar por parte de profesionales nativos de la región y empleados en el extranjero, en su mayoría del sector TI, en aras de contribuir a la construcción de este ecosistema a nivel local.

Los países de esta región deben continuar impulsando la adopción de tecnologías avanzadas en todas las industrias; convirtiéndose en un territorio atractivo para los inversionistas institucionales. Además, es imperativo que los reguladores sean proactivos y lideren el desarrollo de políticas que creen un ecosistema financiero colaborativo, seguro y abierto.

Este futuro prometedor llama la atención de los líderes de las fintech, quienes esperan que, en los próximos 18 meses, se aumente la afiliación de clientes entre un 30% y 59%. Las fintech que prestan servicios a B2B tienen un amplio espacio para la disrupción, ya que las pequeñas y medianas empresas (PYME) de todo el mundo tienen unas necesidades crediticias anuales no satisfechas estimadas en 5 mil millones de millones de dólares.

A medida que las empresas de todas las industrias en general ofrecen más servicios financieros y los titulares luchan por mantenerse al día con el ritmo de la innovación, se espera que B2B2X (incluidas las finanzas integradas), que ya constituye el 25% de todos los ingresos de fintech, sea cada vez más relevante para satisfacer la creciente demanda para soluciones fintech.

América Latina ha logrado marcar su camino en la región, a partir de la ampliación del talento y la implementación de nuevas tecnologías, que están siendo involucradas en diferentes industrias.

Para lograr consolidarse aún más, las fintech deberán generar confianza entre los clientes y las entidades financieras con las que están vinculadas, poniendo como prioridad la protección de datos personales y el equilibrio entre el crecimiento, la innovación y la regulación.

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