Tras siete días de vistas en Londres, la magistrada Sara Cockerill, de la división mercantil de la Alta Corte, deberá determinar si el fondo de capital de riesgo CRF I Limited es un acreedor legítimo de Cuba.
Según publica Deutsche Welle, Cuba asegura que nunca autorizó traspasar deuda comercial impagada de la época de Fidel Castro al «fondo buitre» CRF, que a su vez defiende haberla adquirido legalmente y la reclama con nutridos intereses. La decisión quedará en manos de una jueza británica. .
Dos créditos de 1984
Establecido en las Islas Caimán, el fondo CRF adquirió una cartera de deuda soberana cubana impagada, evaluada en 1.300 millones de dólares, convirtiéndose en el mayor acreedor privado de Cuba.
El fondo reclama, en este caso, dos créditos contraídos por el Banco Nacional de Cuba (BNC) en 1984, cuando aún ejercía como banco central, con Crédit Lyonnais e Istituto Bancario Italiano. Contratados en marcos alemanes, correspondían a unos 12 millones y 3 millones de dólares, pero CRF sostiene que ahora superan 78 millones con intereses.
Legitimidad de la adquisición
Pero su monto no es lo esencial. Si gana podría abrir la puerta a nuevos juicios por miles de millones de dólares en préstamos que Fidel Castro declaró en «default» a finales de los años 1980, antes de la crisis económica que siguió a la caída de la Unión Soviética en 1991.
Sin entrar de momento en el fondo de la demanda, la decisión de Cockerill, que puede tardar semanas o meses, versará sobre la cuestión preliminar de si CRF adquirió los derechos legítimamente. Y podrá ser apelada, lo que augura años de batalla legal.
Otros países latinoamericanos libraron largos procesos contra fondos buitres, como Elliott Management Corporation, que ganó un multimillonario juicio contra Argentina por su «default» en 2002, impidiéndole el acceso a los mercados internacionales durante una década.
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