La humedad en el transporte de carga: problemas y soluciones

Quienes envían mercancías y materiales por mar saben cuáles pueden ser los daños derivados de la condensación dentro de los contenedores, ya que más del 10% de las mercancías transportadas en contenedores sufren daños graves precisamente por la condensación.

La condensación es la consecuencia derivada de la combinación de un alto índice de humedad ambiental y la alternancia térmica natural durante el día y la noche. Se crea tras una rápida disminución de la temperatura que provoca el paso de las partículas de humedad de un estado gaseoso a un estado sólido lo que produce que la humedad presente en el aire se convierte en agua. Al reducir la cantidad de humedad en el interior de un contenedor se eliminará el punto de rocío o condensación, que es la fase en la que la humedad se transforma en forma líquida.

El transporte marítimo de un contenedor puede prolongarse durante semanas o meses antes de llegar a su destino, si bien el transporte en contenedores es una forma económica y segura de enviar la mayoría de los tipos de carga, introducir la carga en una caja de acero cerrada significa un riesgo constante de daños por humedad provocados por la lluvia de contenedor. Para que se produzca lluvia de contenedor, se tienen que dar dos condiciones importantes:

Variaciones de temperatura durante el envío

Exceso de humedad: Todos los contenedores contienen humedad desde el momento de la carga y no hay ninguno que sea completamente hermético. La humedad entrará y saldrá del contenedor durante el trayecto, lo que se conoce como «respiración en el contenedor».

Durante un trayecto, la temperatura en el contenedor aumentará todos los días y bajará por las noches, esta fluctuación de la temperatura significa que el aire se expande durante el día, esparciéndose fuera del contenedor, y luego se contrae, introduciendo aire marino fresco y húmedo por la noche. Esto es lo que se llama respiración en el contenedor. Las variaciones de temperatura son difíciles de eliminar y mitigarlas supone un coste alto.

El aire caliente puede contener más humedad que el aire frío. Cuando la temperatura baja, la humedad aumenta. Si el aire se enfría lo suficiente, parte de la humedad puede condensarse. El punto de rocío es la temperatura a la que se debe enfriar el aire para saturarse con vapor de agua.

Se supone que la presión del aire y el contenido de agua son constantes. Cuando se enfría más, el vapor de agua transportado en el aire se condensará y formará agua líquida (rocío). Cuando el aire se enfría hasta su punto de rocío a través del contacto con una superficie que está más fría que el aire, el agua se condensará en la superficie. Una bajada de la temperatura de 5° suele bastar para causar problemas.

El agua se condensará en la superficie más fría disponible, que generalmente será el techo o las paredes del contenedor, desde allí, puede gotear sobre la carga y provocar daños, lo que también se conoce como lluvia de contenedor.

Los daños por humedad se materializan de muchas formas y afectan a todo tipo de productos. La exposición a la humedad durante un período, que no tiene por qué ser necesariamente largo, puede dañar las mercancías transportadas dentro de un contenedor de muchas maneras. A menudo, basta una pequeña cantidad de exceso de humedad para provocar daños devastadores que pueden hacer que las mercancías sean invendibles, no aptas para el consumo humano o inadecuadas para los procesos de fabricación posteriores.

Los daños más típicos relacionados con la humedad son: Corrosión; moho y hongos; embalaje dañado; embalaje aplastado; mal olor o cambios en el olor; mal sabor o cambios en el sabor; etiquetas levantadas y apelmazamiento

Las piezas metálicas son sensibles a la corrosión y al óxido, que pueden debilitar el metal o provocar decoloración. El metal oxidado requiere tratamientos especiales y engorrosos después del transporte para recuperar las características originales. La humedad relativa describe exactamente cuánta humedad está presente en el aire a una determinada temperatura.

Cuanta más humedad haya, más rápido se oxidará el metal. Por ejemplo, es difícil que aparezca corrosión en el aire limpio con una humedad relativa de aproximadamente el 45 % o menos. Si la humedad relativa aumenta a aproximadamente al 60 %, el riesgo de corrosión también aumenta. A medida que aumenta la humedad relativa, el grado de formación de corrosión y óxido aumenta exponencialmente.

El moho afecta a la carga orgánica, especialmente los alimentos y los productos agrícolas, junto con el desarrollo de malos olores y sabores o de cambios de olor y sabor. Para que crezca moho, la humedad relativa debe estar por encima del 75 % (pese a que las investigaciones demuestran que esto podría ser un problema con una humedad relativa aún más baja, como del 50 %) y la temperatura debe estar entre -5 °C y +55 °C (la temperatura óptima para el moho y el mildiu es de 20-30 °C).

También debe haber hongos, lo que en muchos casos es un hecho, ya que las mercancías no pueden protegerse de eso durante el almacenamiento o la manipulación. Por lo tanto, la forma más sencilla de proteger las mercancías del moho y el mildiu es reducir el nivel de humedad.

El exceso de humedad también provoca daños irreversibles en el embalaje de la carga que, a la larga, podría colapsar ya que el embalaje es higroscópico y absorberá la humedad. El exceso de humedad también podría ser la razón de que se despeguen las etiquetas de botellas de vidrio o de las latas de alimentos.

En las mercancías secas como los productos en polvo, los daños provocados por la humedad aparecen en forma de apelmazamiento. Esto se debe a que el polvo seco a menudo también es higroscópico y atraerá la humedad.

Los daños provocados por la humedad son una amenaza para la calidad de sus mercancías y pueden suponer unos costes elevados. Las aseguradoras estiman que aproximadamente el 12 % de todos los daños durante el transporte de contenedores está relacionado con la humedad.

Los daños por humedad trascienden la cuestión meramente económica, ya que también afectan al medio ambiente y desembocan en un uso ineficiente de los recursos disponibles

Pero estos costes son solo la «punta del iceberg», ya que son muchos los que pasan por alto los costes ocultos: Reembalaje, Descontaminación, Interrupción de la producción, Mala voluntad, debilitamiento de la relación proveedor/cliente, Daños a la marca, Residuos/daños medioambientales, Pérdida de oportunidades de negocio, Ventas de temporada, Pérdida de ingresos por la cancelación de entregas.

Guillermina Rosas

Gerente Comercial y de Servicios – Assistcargo España

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