La progresiva implantación de la inteligencia artificial generativa en las empresas dará lugar a la pérdida de cerca de 400.000 empleos netos en los próximos diez años en el mercado laboral global, según datos de Randstad.
En concreto, la empresa de recursos humanos calcula que la adopción de esta tecnología contribuirá a hacer desaparecer dos millones de empleos y, al tiempo, permitirá la creación de 1,61 millones puestos de trabajo. Así mismo, la compañía estima que a nivel global, un 18% del trabajo podría estar más o menos afectado por la automatización y el PIB mundial podría aumentar en un 7% como consecuencia del impulso que daría la inteligencia artificial a la productividad laboral.
En el caso del mercado laboral español, un 9,8% de los empleos, el equivalente a dos millones, según Randstad, están en riesgo de ser automatizados. En paralelo, un 15,9% de los puestos de trabajo actuales, con un total de 3,24 millones verán incrementada su productividad por la adopción de esta tecnología, mientras que para el resto de los empleos actuales, o lo que es lo mismo, 15,19 millones, no se esperan efectos significativos.
Al tiempo, el impacto que tendrá la penetración de la inteligencia artificial en los diferentes sectores y profesiones será diverso. Segú la compañía, los sectores más impactados negativamente serán el comercio y las actividades administrativas, seguidos de la hostelería y la logística.
En este caso concreto, Randstad estima que se automatizarán un total de 142.320 puestos de trabajo y se crearán 94.880 empleos con la llegada de la inteligencia artificial. Como consecuencia, el saldo negativo para el sector logístico es de 47.440 empleos que se perderían.
Por el contrario, entre los sectores o actividades con una afectación más positiva en la creación de puestos de trabajo se encuentra la programación y consultoría, las telecomunicaciones, los medios y publicaciones, y las actividades profesionales, científicas y técnicas.
Por último, hay un grupo de sectores que en líneas generales experimentarán un impacto limitado con la llegada de esta tecnología, como son la agricultura, ganadería y pesca, las actividades asociativas, las industrias extractivas o la construcción.