Una zona franca es específicamente un territorio caracterizado por contar con una serie de ventajas de tipo legislativo y económico que promueven el desarrollo de actividades de comercio exterior.
Por lo mismo, la creación de zonas francas es un modo que tienen los países para atraer la inversión extranjera y lograr una forma de posicionamiento en el mapa económico internacional con mayor visibilidad.
En ese contexto, Lisandro Ganuza, presidente del Ente Zona Franca Bahía Blanca Coronel Rosales, tras participar en la Conferencia Internacional anual (AICE 2023) desarrollada en Dubái, se refirió a los desafíos que tienen las zonas francas en Argentina donde aseveró que el reto principal pasa por cumplir con buenas prácticas.
¿Cómo fue la experiencia y qué aportes puede destacar de la conferencia internacional sobre Zonas Francas que se realizó en Dubái?
Si bien no había una expectativa tan importante, la verdad que resultó ser un excelente evento, sobre todo por el relacionamiento con otros organismos bilaterales, pero además porque se dio un escenario de debate de las zonas francas para ver cuál es el posicionamiento actual de la zona francas y cómo se las está utilizando a nivel mundial.
¿Qué visión hay respecto a Argentina?
La visión que hay en la Argentina, que se quedó en la década del 80 y 90, es muy diferente a cómo se está usando la herramienta en otros lugares del mundo. Siempre que se cumpla con buenas prácticas, se está utilizando como una herramienta para el desarrollo, y eso va generando un escenario positivo que genera un debate positivo. Esos son los deberes que tenemos que hacer para ir acompañando este proceso de crecimiento de las zonas francas en el país.
¿Por qué es diferente cómo funcionan en la Argentina de cómo se está trabajando en el resto del mundo?
Bueno hay un documento, que es de diciembre de 2020, que lo presenta la Organización Mundial de Aduanas y lo describe muy bien. Ahí se indica que en los años 80 – 90 había una visión negativa de la zona francas, porque eran ambientes donde se generaban malas prácticas, pero explican que se dio un cambio estructural a partir del 2005, que tomó forma a partir del 2019, y en el documento se destaca justamente que hay que asumir buenas prácticas y tomar a las zonas francas como una herramienta positiva para el desarrollo de los países y las regiones.
¿Y qué pide la Organización Mundial de Aduanas en ese sentido?
Principalmente que se cumplan con los protocolos, que se implementen de manera adecuada los procedimientos. Asimismo, señalan que las zonas francas son parte del territorio aduanero, que no solamente tienen beneficios tributarios, desde el punto de vista económico, sino que también reconoce que puede ser un territorio extra aduanero siempre que la Aduana tenga posibilidad de control fiscalización y sanción.
En nuestro caso eso no sería problema, porque las zonas francas en Argentina son territorios absolutamente seguros, que tiene una zona de ingreso y egreso, en donde se facilita el control, está la Aduana, y lo mismo pasa con las zonas francas en Uruguay, Brasil, Paraguay y en todos los países de la región.
¿Cómo ha sido el desarrollo de zonas francas en los últimos años en Argentina?
En Argentina hay una ley, que es pro Organización Mundial del Comercio, para lo cual se hacía foco en estimular exportaciones y nada más, esto ha cambiado entendiendo que la exportación y la importación son dos caras de una misma moneda. Pero la verdad que las zonas francas no tienen tantos beneficios, y si bien el espíritu es el de estimular exportaciones, claramente la zona franca se ha focalizado en Argentina en el almacenaje de importaciones, por la propia Ley y los planes de negocios.
Funcionan como un depósito fiscal de bajo costo. Ahora las zonas francas, a las que uno aspira, es a que sean productivas y que sirvan para el agregado de valor en la cadena de producción y también con fines de exportación. En la región tenemos varios casos positivos. Podemos nombrar Uruguay, que encabeza el ranking de las zonas francas. También hay que reconocer que los países de Centroamérica en donde se trabaja con esta herramienta, como el caso de Uruguay, tienen mercados internos muy chicos, entonces son una situación muy diferente al mercado argentino.
Pero hay dos cuestiones muy relevantes a tener en cuenta, una es que se proyectan inversiones de millones de dólares para trasladar la producción de Asia Pacífico hacia América Latina, quieren venir a producir acá.
En ese sentido hay que observar qué países de la región, ya sea Uruguay, Panamá, Costa Rica, Colombia, República Dominicana pudieron captar y atraer inversiones, justamente a través del régimen de zona francas. Pero ellos se modernizaron y generaron beneficios para que esas inversiones vayan a esos destinos.
¿Qué significa eso para la región?
Bueno Argentina, por ejemplo, hoy tiene 11 unicornios de los cuales queda uno sólo en el país, porque la mayoría de esos emprendimientos se fueron a otros lugares como Uruguay o Colombia en donde existen regímenes de zona francas. Creo que no estamos viendo el potencial que tiene la economía del conocimiento en nuestro país, porque la realidad es que por una cuestión de beneficios, ya sea porque pagan menos impuestos o por una cuestión de seguridad jurídica, esas empresas, en lugar de invertir acá se van a otros sitios y muchas se han instalado en Uruguay.
Nosotros con el monotributo Tech no vamos a solucionar o atraerlas para que se queden acá, y podría ser un lugar de generación de empleo muy interesante. En este momento la zona franca realmente podría ser una herramienta muy útil para lograr desarrollo. Pero para eso debemos poder integrarnos en las cadenas de producción y agregados de valor y ese es el verdadero desafío de la zona francas que viene.
En el país tenemos hoy tres zonas francas de nueva generación, alguna que está en proceso de habilitación, ellas son la Zona Franca de Perico, en Jujuy, que está con todo el desarrollo del litio, que ya tiene la aprobación de la Aduana de esa provincia y está con vistas a tener este año la habilitación. Lo mismo la Zona Franca de Zapala, con el relacionamiento con Vaca Muerta; y la tercera zona franca es la de Villa Constitución por todo el concepto de la hidrovía. Ahí se está desarrollando el primer Puerto Franco de la Argentina, en la zona franca de Villa Constitución en donde están las obras en proceso de terminarse y tener la aprobación definitiva.
Desarrollar zonas francas de nueva generación, es una oportunidad muy grande para el país, porque se puede asociar el régimen desde lo positivo y usarlo para el desarrollo de temas muy significativos para el país como son Vaca Muerta; para lo que es el litio; y para la hidrovía con el puerto franco, en donde nos va a mostrar una opción para integrarnos más al mundo.
Hoy nos llaman de Uruguay y nos cuentan que están desbordados ahí con las naves, las bodegas, en la zona franca de Uruguay, con material para Vaca Muerta, y eso nos debería doler porque creo que lo podríamos hacer nosotros.
Entonces al hacer un análisis de cómo están trabajando las zonas francas de Argentina, si uno analiza los últimos años, con una economía en la que hay que cumplir con una gran cantidad de procedimientos para poder importar, el resultado en números es excelente, ahora no lo es en el sentido de la visión y el aporte que realmente la zona franca deberían poder hacer a la economía del país y para el desarrollo argentino. Ahí tenemos un camino largo por recorrer.
¿Y qué hace falta para poder lograr eso?
Tiene que ver con dos cuestiones básicas. Por un lado, modificar la Ley actual, por una normativa más moderna, que brinde mayor seguridad jurídica; y el otro punto -que se puede hacer más fácil- tiene que ver con una reingeniería de procesos administrativos, ya sea aduaneros, con la autoridad de aplicación, etc.
Las mayores inversiones en la historia de Uruguay, Paraguay, se dieron a través de las zonas francas, en sectores como biodiesel, con las papeleras. Entonces hay que entender que el régimen de zona franca se utiliza en otros lugares como el principal atractor de inversiones que tienen; y en la Argentina podría cumplir una doble función por un lado como generador de empleo, y el segundo punto es el de poder aumentar las exportaciones pero agregando valor. Son los dos desafíos para desarrollar más las zonas francas.
Y para eso tenemos que lograr que sea el lugar en donde podamos cumplir con los procedimientos, con las buenas prácticas, para que vengan las inversiones, puedan generar empleo de alto nivel, pero a su vez también dar beneficios. Esa tendría que ser la meta en Argentina.
Así funcionó por ejemplo en el caso de China, ellos tomaron la decisión siendo uno de los países más pobres en 1979, de encarar reformas para ver cómo podían relacionarse más con el mundo, a través de la atracción de inversiones, mayor desarrollo de tecnología, capacitación de sus recursos humanos y eso lo lograron a través del desarrollo de zona francas. Hoy son el 19% del PBI mundial y tienen más de 2500 zona francas.
En Asia Pacífico están en el 75% de las más de 5400 zona francas que hay en el mundo, es el modelo que funciona también en Vietnam, en Singapur y eso es algo que nuestro país tendría que analizar, porque además nosotros tenemos un mercado interno que históricamente ha tenido injerencia y desarrollo, entonces hay que pensar cómo hacer para congeniar eso y que la zona francas sean ventanas de atracción para las inversiones.
En Estados Unidos, hay 230 zonas francas y 630 subs zona francas, y el 5% de las exportaciones y el 10% de las importaciones del país pasa por zonas francas. Este modelo lo aplicó acá la Zona Franca de Bahía Blanca, es el que hizo que el proyecto de Amazon avance -y que esté todavía vivo-, sino Argentina no podría competir para atraer inversiones con respecto a Chile.
¿Están trabajando las cámaras del sector con autoridades como para poder lograr este desarrollo?
Está la Cámara de Concesionarios de Zonas Francas en Argentina y también el Consejo Federal de Zona Francas, pero es un tema que la verdad cuesta mucho poner en agenda, cuando es una gran solución para la Argentina que viene.
Por citar un caso, Argentina podría perder una inversión de 8400 millones de dólares de hidrógeno verde, esa inversión se hace en zona franca y en cambio se está pensando direccionar esa inversión a Brasil, porque ellos cuentan con una zona de procesamiento de exportación, tienen una vieja ley que reformularon en 2021, y así trabajan como nuestras zonas francas, pero con muchos más beneficios, porque pueden ingresar al mercado interno, pueden exportar, brindar servicios.
Además, ellos tienen algo importante que es la intangibilidad de la moneda, es decir si tienes dólares trabajas con dólares, que sería una solución interesante para Argentina. Y a pesar de que no tenían el apoyo de San Pablo se logró cambiar esa ley, porque son todos los puertos y el anillo de producción de Brasil que lo necesitaban y hoy lo están desarrollando. En la ciudad de Fortaleza han armado una zona de procesamiento de importaciones en el puerto, todo un Hub de hidrógeno verde y así brindan mejores condiciones y dan seguridad jurídica.
Entonces Argentina está perdiendo oportunidades de negocios frente a países de la región que están sabiendo aprovechar la herramienta y utilizan las zonas francas para atraer inversiones.
Fuente: Comex Online, Argentina.