El ‘Antonia Maersk‘, el portacontenedores alimentado con metanol más grande del planeta, ha iniciado su servicio en la ruta que enlaza el puerto sueco de Gotemburgo, desde el que ha partido en su viaje inaugural, con Asia.
La embarcación, bautilizada este pasado mes de agosto, tiene capacidad para transportar 16.592 TEUs, con 350,59 metros de eslora, 53,5 metros de manga y un calado de 18 metros. La naviera danesa ha apostado fuerte por el metanol para reducir las emisiones en su actividad de transporte marítimo y se ha marcado el objetivo de incorporar una veintena más de barcos alimentados con esta fuente de energía en su flota antes de 2027. El uso de metanol en el ‘Antonia Maersk’ permite reducir las emisiones de dióxido de carbono en 280 toneladas por cada día de operación.
Según el puerto de Gotemburgo, actualmente una treintena de barcos en activo utilizan metanol como combustible, mientras que otros trescientos están en construcción, lo que supone un 10% de los pedidos en marcha.
Metanol verde avanza con fuerza en la descarbonización del transporte marítimo
El transporte marítimo, motor de la economía mundial, ha dependido durante mucho tiempo de combustibles sucios e intensivos en carbono, lo que le ha valido la reputación de ser muy difícil de eliminar.
Sin embargo, ya está en marcha una campaña para descarbonizar el sector. Amazon, Ikea, Unilever, Michelin, DuPont y Target se han comprometido a realizar sus operaciones de transporte marítimo únicamente con empresas que utilicen combustibles neutros en carbono.
World Energy Trade publica que, la Organización Marítima Internacional y las propias compañías navieras están estableciendo objetivos de emisiones netas cero. Así pues, el sector se ha puesto manos a la obra en la búsqueda de un combustible que le ayude a reducir sus emisiones.
En este frente, el mayor revuelo del año pasado lo ha dado el metanol verde, un combustible con un ciclo de vida de emisiones nulas o muy bajas. Grandes compañías de contenedores como Maersk y Evergreen están a la cabeza de esta tendencia y están encargando más buques con metanol, lo que indica que el metanol verde constituye su combustible preferido para reducir las emisiones de carbono.
Cabe destacar que, el metanol verde se divide en dos categorías: bioetanol y metanol eléctrico, en función de las materias primas ecológicas utilizadas. El primero consiste en sustituir las materias primas existentes de carbón o gas natural por biomasa o biogás, mientras que el segundo se sintetiza haciendo reaccionar hidrógeno verde con dióxido de carbono procedente de la captura directa de carbono del aire o de fuentes biogénicas.
En ambos casos, la combustión del combustible produce pocas o ninguna emisión durante su ciclo de vida, lo que lo convierte en un combustible óptimo para un escenario de cero emisiones netas.
El metanol también es una alternativa atractiva a los combustibles contaminantes gracias a sus propiedades químicas. Aunque su densidad energética es inferior a la de sus homólogos fósiles, el metanol tiene propiedades químicas y de combustión similares a las del fueloil y, por tanto, su almacenamiento y manipulación son mucho más sencillos que los del gas natural licuado y el amoníaco.
Además, el metanol es un combustible «drop-in», ya que los modernos motores marinos duales pueden quemar y funcionar tanto con metanol como con fueloil industrial.