Los negocios ecuatorianos siguen estando en alerta, según la evaluación de Índice de Clima Económico (ICE) de la brasileña Fundación Getulio Vargas (FGV). Los estudios económicos del centro demostraron que el indicador ecuatoriano pasó de 93,7 puntos, del primer trimestre del 2022 a 72,1 puntos en el segundo, es decir, disminuyó en 21,6 puntos.
Esta reducción se debe a dos puntos claves:
- La incertidumbre social por la situación política y económica en la que se encuentra la región.
- Las bajas expectativas que se plantean para el 2022.
Estas caídas se aprecian en los indicadores de Situación Actual y de Expectativas, con 9,1 puntos y 36,4 puntos, respectivamente. Además, existen los llamados «choques externos» que afectan a la región ecuatoriana de una manera indirecta.
Fidel Jaramillo quien es profesor de la UDLA, y ex funcionario de del Banco Interamericano de Desarrollo, la situación ecuatoriana no es un tema aislado, pero agregándole los problemas interno que enfrentan tienen mucho más impacto social y económico.
La inflación en Estados Unidos, además de los enfrentamientos entre Rusia y Ucrania, y el nuevo confinamiento en China por los brotes de la COVID-19, han agregado más peso a este negativo escenario.
En cuanto a la inestabilidad en Ecuador, se pueden menciona los siguientes factores que siguen afectando económicamente a la población: la falta de confianza política, desigualdad social y la corrupción.
Los mercados también presentan desconfianza en la economía ecuatoriana por el poco margen de maniobra del Gobierno para generar reformas estructurales, rechazando así proyectos de ley para el favorecimiento de las inversiones.
Finalmente, el paro nacional que se desarrollo el 13 de junio y que duró 18 días, ha aumentado el descontento del pueblo ecuatoriano y generando grandes pérdidas económicas.