Iata estima que los problemas en las cadenas de suministro de la industria de aviación seguirán afectando negativamente a los resultados de las aerolíneas en 2025, con un impacto directo en los costes que soportan estas compañías y en un crecimiento más limitado.
En particular, la institución detecta un incremento de la edad media de la flota mundial de aeronaves, que se coloca en 14,8 años de promedio, mientras que, en paralelo, se está produciendo un descenso en las entregas de nuevos aviones que dejará el acumulado de todo 2024 en 1.254 aparatos, un 30% menos de los pronosticado al comienzo del año. Todo ello provoca, según Iata, que el factor de carga esté en máximos históricos y que las aerolíneas vean cómo se desvanece la posibilidad de incorporar nueva capacidad para incrementar sus ingresos, circunstancia que limita la generación de beneficios en el sector.
De igual manera, la limitación en las entregas de nuevas aeronaves también perjudica al sector en cuanto a reducción de emisiones contaminantes en un contexto en el que los tipos aplicados a los contratos de leasing crecen por encima de la inflación, lo que provoca una guerra entre las compañías para ganar capacidad.
Para completar el panorama, Iata calcula que la acumulación de pedidos de nuevos aviones sin entregar alcanza las 17.000 unidades, cifra que se tardaría un total de 17 años para completar estos contratos.
Al tiempo, la flota de aviones que no opera se sitúa en un 14% del total mundial, con un volumen de unas cinco mil aeronaves, porcentaje que está cuatro puntos por encima de los registros que había antes de la pandemia. Así mismo, un 2% de estos aparatos inactivos se están sometiendo a labores de inspección en sus motores.
Iata pide a los fabricantes que pongan fin a sus problemas logísticos con el fin de poder garantizar un crecimiento que permita dar servicio a una demanda en alza y, al tiempo, cumplir con los requisitos legales de sostenibilidad.