Chile es un país frutero por excelencia y uno de los mayores proveedores del mundo, con más de 50 especies de exportación, según el Ministerio de Agricultura, que hoy debe hacer frente a los impactos del cambio climático en sus cultivos con inteligencia artificial y soluciones sustentables con foco medioambiental.
«El cambio climático está empujando al clima a ser más cálido y más seco, con eventos más inestables, desregulados», dijo a Agencia Xinhua el académico de la Facultad de Ciencias de la Naturaleza de la Universidad San Sebastián de Chile, Fernando Santibáñez. El docente aseguró que el mundo ha experimentado en el último tiempo, «con mayor intensidad y frecuencia», fenómenos tales como lluvias torrenciales que inundan pueblos completos o mega sequías, que causan estragos entre las personas y afectan, en demasía, a la agricultura.
«Se están provocando situaciones estresantes para las plantas que rebotan en una menor producción o calidad de la fruta«, dijo el experto, en relación con situaciones «anormales» como otoños más cálidos, veranos con temperaturas extremas que merman la calidad del producto, o fuertes lluvias primaverales que parten la fruta y que, junto con el calor, favorecen las enfermedades fungosas.
Santibáñez expuso en el encuentro más importante de la industria de las cerezas en Chile, Global Cherry Summit, llevado a cabo en la región de O’Higgins de la zona central, que concentra la mayor cantidad de plantaciones frutícolas del país sudamericano, donde abordó las implicancias del calentamiento global en el campo.
La reunión incluyó una feria con decenas de expositores que ofrecieron soluciones tecnológicas y sustentables para contribuir a la adaptación de la agricultura a las nuevas condiciones atmosféricas, un asunto que se ha vuelto absolutamente relevante para Chile, primer productor y exportador de frutas del hemisferio sur.
«El cambio climático ha impactado concretamente en el régimen de lluvias y, por otro lado, el aumento de las temperaturas ha aumentado la demanda hídrica, ya que la evaporación ha incrementado considerablemente», afirmó a Xinhua Rodrigo Ferreira, gerente general de Morpho Latam, una empresa de monitoreo de plantaciones con base en inteligencia artificial y modelamiento matemático.
El ingeniero agrónomo presentó en la exposición su sistema de supervisión y análisis de datos con sensores que se distribuyen por las siembras para identificar los requerimientos de agua y hacer más eficiente el uso del recurso. Esta herramienta ha permitido a los agricultores «percibir ahorros importantes en agua de entre un 10 y un 30 por ciento», explicó.
Ferreira aseguró que la pérdida de humedad en el ambiente y la vegetación es un factor a considerar actualmente en la agricultura, principalmente en regiones cálidas y con escasez hídrica, donde la disponibilidad promedio de agua en las cuencas ha disminuido en los últimos años por falta de precipitaciones.
En otro pabellón, la compañía de insumos agrícolas Martínez y Valdivieso mostró a los más de mil asistentes sus pesticidas biológicos, los cuales dejan «cero residuos, con certificación orgánica y no dañan al ecosistema ni a los humanos», señaló el empleado del área técnica, Carlos Uribe.
«Los biopesticidas son productos biológicos orientados a controlar plagas o enfermedades en las plantas cultivadas; son bacterias, hongos benéficos que van a controlar los hongos o bacterias patógenos en los árboles o plantas cultivadas», explicó el especialista.
Uribe señaló que el foco de la producción de estos plaguicidas es «que no dañen el ecosistema«, a diferencia de los pesticidas convencionales «que vienen de una síntesis química», mientras que los insumos biológicos provienen de mezclas de plantas utilizadas, por ejemplo, como repelentes de roedores.
«Hay que pensar que, de alguna manera, estamos generando una resistencia en las plagas cuando usamos de mala forma la química sintética. Por lo tanto, el complemento de los biocontroles son un tremendo aporte en el tiempo para llegar con la fruta con la menor carga química», sostuvo.
En el caso del empaque que transporta las frutas, el jefe comercial de la firma de envases «inteligentes» de preservación, Paclife, Cristián Parra, afirmó que los clientes son cada vez más exigentes, con una demanda creciente por productos sustentables y elaborados con componentes naturales.
«Los mercados te van solicitando que se trabaje en una senda más amigable con el medio ambiente. Tenemos envases compostables, biodegradables, oxobiodegradables«, que favorecen la rápida descomposición del envoltorio, detalló Parra, como una forma de «atacar» la crisis por contaminación «a través de la reducción de los plásticos». Subrayó, a su vez, la importancia de trabajar en tecnología de conservación de alimentos frescos para evitar el desperdicio de comida.
Global Cherry Summit contó con charlas, espacios y redes de contactos de productores, exportadores, importadores, canales de distribución, gestores de comercio electrónico y empresas proveedoras.
Se abordaron las proyecciones para la temporada frutícola venidera y los pronósticos climáticos para 2024, con lluvias por debajo de lo usual y temperaturas sobre el promedio que vaticinan «una tormenta perfecta para las plantas», advirtió el académico Santibáñez.