El megaproyecto Puerto Antioquia, ubicado en Turbo (Antioquia), entra en su recta final tras una inversión cercana a los 800 millones de dólares. Con un 95 % de avance en su construcción, este ambicioso desarrollo portuario promete transformar el panorama logístico del país y posicionar al Urabá antioqueño como un nuevo eje clave para el comercio internacional, especialmente hacia la cuenca del Pacífico y América Central.
Este puerto multipropósito, cuya ejecución comenzó en 2020, se encuentra estratégicamente ubicado en el golfo de Urabá, a solo 363 kilómetros de Medellín, lo que lo convierte en uno de los terminales marítimos más cercanos al interior del país. Su infraestructura incluye un muelle de acceso de 3 kilómetros, patios de contenedores y zonas de carga refrigerada, fundamentales para la exportación de productos perecederos como banano, flores y aguacate hass, principales renglones de la economía agroindustrial de la región.
Puerto Antioquia está diseñado para movilizar hasta 6 millones de toneladas de carga al año en su primera fase operativa, con capacidad de crecimiento progresivo. Se estima que comenzará operaciones comerciales en el segundo semestre de 2025, una vez se finalicen los últimos detalles técnicos y se realicen las pruebas de operación requeridas.
Además de mejorar la competitividad de Colombia en el comercio exterior, este proyecto traerá consigo beneficios sociales significativos. Se proyecta la generación de más de 1.000 empleos directos e indirectos durante su operación, así como una dinamización de la economía local a través del fortalecimiento de cadenas logísticas, el turismo y la inversión en infraestructura vial.
Empresas como CMA CGM, Agroban y el Grupo Puerto de Cartagena hacen parte del consorcio que impulsa este desarrollo, con respaldo financiero de entidades como la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN) y BID Invest.
Puerto Antioquia también representa una oportunidad histórica para el desarrollo sostenible del Urabá, una región con un alto potencial económico y logístico, pero históricamente rezagada en términos de inversión pública y privada. Con este nuevo puerto, Colombia espera mejorar tiempos y costos logísticos, especialmente en comparación con puertos tradicionales como Buenaventura o Cartagena.