Tesla pierde impulso en Europa: ¿se reconfigura el mapa de la electromovilidad global?

La industria automotriz europea ha dado señales de recuperación en el segmento de vehículos eléctricos durante abril, marcando el primer crecimiento interanual en lo que va de 2025. Sin embargo, no todos los actores están capitalizando esta reactivación.

Tesla, ícono de la innovación tecnológica en la movilidad, ha visto desplomarse sus ventas en la región, en medio de una tormenta reputacional y geopolítica que pone en jaque su posicionamiento en el viejo continente. De acuerdo con los últimos registros de matriculación, las ventas de Tesla en la Unión Europea cayeron más del 50% en abril en comparación con el mismo mes del año anterior. Y si observamos el acumulado entre enero y abril, la caída alcanza un preocupante 46%. Este comportamiento contrasta con el repunte general del mercado eléctrico, lo que indica un problema estructural más allá de la coyuntura económica.

Geopolítica, reputación y comercio: un cóctel complejo

Para comprender este fenómeno desde la óptica del comercio internacional, es necesario considerar no sólo los flujos de bienes, sino también los flujos de imagen, influencia y percepción. En el caso de Tesla, el factor reputacional vinculado a su fundador, Elon Musk, ha adquirido un peso inesperado.

La creciente vinculación de Musk con la política estadounidense —en particular, su cercanía con Donald Trump y su respaldo a partidos de ultraderecha en Europa, como Alternativa para Alemania— ha generado fricciones con una parte importante del consumidor europeo. Las reacciones han incluido protestas públicas, llamados al boicot y un cambio de preferencia hacia marcas con una imagen más neutra o alineada con valores sostenibles y democráticos.

El propio Musk ha intentado mitigar el daño, anunciando su intención de reducir su perfil político y retomar el liderazgo operativo en Tesla. No obstante, según analistas como JATO Dynamics, el impacto de estas decisiones no se traducirá en cifras concretas hasta dentro de algunos meses, si es que logra revertirse.

China gana terreno: BYD lidera el empuje asiático

Mientras Tesla pierde tracción, el mercado eléctrico europeo no se detiene. En abril, la marca china BYD superó por primera vez a Tesla en ventas en la región, un hecho que simboliza el reordenamiento de fuerzas globales en el ámbito de la electromovilidad.

A pesar de las medidas arancelarias impuestas por la Unión Europea, los fabricantes chinos han respondido con agilidad, pivotando hacia modelos híbridos e híbridos enchufables. Esta estrategia no solo les ha permitido sortear barreras comerciales, sino también responder con precisión quirúrgica a las exigencias del consumidor europeo.

Más allá de BYD, otras marcas también están cosechando los frutos del repliegue de Tesla. Volkswagen, Skoda, Mini y otras firmas con fuerte presencia en Europa han registrado incrementos en sus matriculaciones, consolidando su posicionamiento en un mercado que sigue siendo uno de los más competitivos y exigentes del mundo.

Implicaciones para el comercio internacional y la cadena logística

Desde la perspectiva del comercio internacional, esta reconfiguración del mercado eléctrico europeo tiene implicancias profundas. Primero, porque evidencia el dinamismo de la competencia global en sectores estratégicos como la movilidad eléctrica, donde la ventaja ya no es solo tecnológica, sino también geopolítica y reputacional.

Segundo, porque anticipa un eventual ajuste en los flujos logísticos asociados a la distribución, ensamblaje y postventa de vehículos eléctricos, con un posible desplazamiento del eje norteamericano hacia una nueva trilogía comercial entre Europa, China y marcas europeas con supply chains regionalizadas.

Y tercero, porque plantea interrogantes respecto del rol de las políticas públicas, tanto en términos de incentivos a la electromovilidad como de regulación a actores extranjeros con peso político o reputacional discutido.

Conclusión: ¿el principio del fin de la hegemonía Tesla?

Lo que estamos presenciando no es una simple caída trimestral de ventas, sino un punto de inflexión que podría redefinir el liderazgo global en movilidad eléctrica. Tesla deberá repensar no sólo su estrategia de mercado, sino también su posicionamiento frente a un consumidor europeo cada vez más exig