La Unión Europea ratificó el acuerdo de asociación con los países de Centroamérica, cuyo objetivo es fortalecer los lazos comerciales y políticos entre ambas partes. En términos comerciales, el acuerdo elimina la mayoría de aranceles a la importación.
Asimismo, publica Agencia EFE, el vínculo crea un mecanismo de resolución de disputas y un mecanismo de mediación en caso de que existan controversias sobre barrearas no arancelarias, informó el organismo europeo. El pilar comercial, no obstante, ya se empezó a aplicar de forma provisional desde 2013. En concreto, entre la UE, Nicaragua, Panamá y Honduras desde el 1 de agosto de ese año; con Costa Rica y El Salvador, desde el 1 de octubre; y con Guatemala, desde el mes de diciembre de 2013.
El acuerdo aspira a impulsar también el plan de inversiones en el ámbito digital, climático, energético, educativo de transporte y de sanidad, que la Unión Europea ha aprobado para competir con la nueva Ruta de la Seda china.
La UE, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá firmaron el acuerdo el año 2012 en Tegucigalpa y su entrada en vigor permitirá la aplicación completa del pacto.
ALC, socio de referencia para la Unión Europea
América Latina y el Caribe son un socio de referencia para la Unión Europea (UE) por los valores compartidos como la democracia, la separación de poderes y el Estado de derecho, dijo a Agencia EFE el director gerente adjunto para las Américas del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), Javier Niño.
«Creemos que la región de América Latina y el Caribe son efectivamente el socio de referencia para la Unión Europea. Cuando se habla de estos valores y potencial económico creemos que es la región donde encontramos una mayor complicidad», aseveró.
Por lo tanto, consideró que el primer elemento a tener en consideración es «cómo consolidar esa alianza que, por ejemplo, ha permitido que la región, de una manera muy mayoritaria, apoye los postulados europeos en la guerra de Ucrania«.
En este sentido, consideró que el mundo vive hoy «en un panorama muy convulso«, con una «especie de choque entre dos modelos», uno que «se basa en la democracia«, sustentada «en la separación de poderes, que se basa en el Estado de derecho».
El segundo modelo es el de una «sociedad con una deriva un poco más autoritaria«, que «minusvalora la importancia de esos elementos y está mucho más focalizada en temas de seguridad y de desarrollo económico«.
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