La recuperación de Honduras tras la pandemia y dos tormentas tropicales ha sido “admirable”, aunque el país continúa enfrentando problemas sociales y estructurales, por lo que es una de las naciones más pobres y con mayor desigualdad, señaló el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“La recuperación económica de Honduras ha sido notable, pero las condiciones sociales siguen siendo frágiles y existen importantes riesgos de deterioro de las perspectivas a corto plazo, sobre todo debido a la actual sequía, que está afectando al sector agrícola y la producción de energía”, indicó en un comunicado una misión del organismo crediticio al concluir una visita a la capital.
Agencia EFE publica que el producto interno bruto (PIB) está por “encima de los niveles previos a la pandemia y las presiones inflacionarias han ido disminuyendo gradualmente”, añadió la delegación.
Agrega que “la fuerte recuperación comenzó a perder impulso a finales de 2022 debido a la disminución del crecimiento de los principales socios comerciales, lo que ha reducido la demanda de exportaciones hondureñas”, mientras que el déficit en cuenta corriente “descendió al 3,4 % del PIB en 2022 gracias a la fortaleza de las remesas y las exportaciones”.
El FMI afirmó que la respuesta del país a las conmociones externas, como el apoyo brindado a los pequeños productores agropecuarios y el refuerzo de sus programas de asistencia social focalizadas, fue “fundamental para proteger a los más vulnerables”; No obstante, las condiciones sociales “siguen planteando desafíos, ya que los niveles de pobreza, desempleo e inseguridad alimentaria se mantienen elevados”.
En un contexto de reducción de la actividad mundial y presiones en el sector energético, se prevé que el crecimiento del PIB real “disminuya a alrededor del 3 % en 2023 debido a la disminución de las remesas, un entorno externo menos favorable y el impacto de la sequía, que ya está afectando a la producción agrícola y energética”.
El FMI destacó que los niveles de incertidumbre mundial y nacional siguen “siendo elevados y persisten importantes riesgos de deterioro de la situación, sobre todo a corto plazo”.
La sequía podría ser “más grave y prolongada de lo previsto, lo que tendría graves repercusiones en la producción agrícola, el suministro de energía y las condiciones sociales”, enfatizó.
Ante los efectos de la sequía, que ha “restringido la producción de energía y ha obligado a realizar cortes de electricidad programados”, Honduras debe adoptar “con rapidez y firmeza medidas que garanticen la sostenibilidad del sector energético y limiten el impacto sobre la actividad económica y las personas más vulnerables”.
“Una pronta identificación de nuevas fuentes de energía será esencial para satisfacer la creciente demanda interna y limitar los efectos en el ámbito fiscal y de balanza de pagos”, señaló el FMI, que dijo que es importante que la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) “reintegre con éxito las actividades de suministro, dado que el contrato de externalización a una empresa privada está terminándose”.
El FMI considera que las remesas y la actividad interna serían afectadas por “una desaceleración más acusada de la economía estadounidense, sobre todo en el mercado laboral, y un mayor endurecimiento de las condiciones financieras mundiales”.
“Honduras sigue enfrentando problemas sociales y estructurales de larga data, motivo por el cual sigue siendo uno de los países más pobres y con mayor desigualdad del Hemisferio Occidental: en torno a una cuarta parte de la población presenta alto riesgo de inseguridad alimentaria”, resaltó.
La delegación del FMI aseguró que “los cuellos de botella estructurales, en especial en el sector energético, sumados a las limitadas oportunidades económicas formales, sofocan la inversión y alimentan la migración”.
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