El nuevo presidente de Panamá, José Raúl Mulino, dijo durante su discurso de investidura que “va a poner dinero en el bolsillo del pueblo” al crear “buco chen chen”, una frase local para referirse a tener mucho dinero y que el ya posesionado gobernante usó como uno de sus eslóganes de campaña.
“Vengo con un nuevo equipo dinámico y ejecutivo y tengo muy claro cómo voy a encender la economía y poner dinero en el bolsillo del pueblo, así que váyanse en paz”, señaló Mulino. Aseguró además que con su equipo de Gobierno dará una “vuelta a la economía y echaremos a andar el progreso”. Para ello describió que hará “recortes en el presupuesto de la Asamblea (Parlamento) y los gastos excesivos del Gobierno, que son millones de dólares que nos ahorraremos en política y corrupción, y eso es más chen chen para ti”.
Agencia EFE publica que, también anunció que está “avanzando” con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en “un Tratado de Libre Comercio con el Mercosur”, que se visualiza “como un vehículo para integrar, a través de Panamá, a Centro y Suramérica”, o un programa de empleo juvenil.
Sin embargo, Mulino admitió en su discurso que recibe “una economía seriamente afectada”, pues “no sólo perdimos parcialmente el grado de inversión, también perdimos miles de empleos y la confianza de invertir en nuestro país”.
“A causa de esto los intereses bancarios han subido sustancialmente y eso lo sienten todos los panameños en sus bolsillos”, expresó. Además alegó que “el presupuesto creció el doble, pero la calidad de vida de los panameños cayó”, un “racionamiento que da cuenta de lo mal que se gestionó”.
En un señalamiento al Gobierno saliente afirmó que “el estado de las finanzas públicas es preocupante”, pues “en cinco años doblaron la deuda, gran parte de ella gastada inexplicablemente en funcionamiento, en vez de invertirla en obras para generar empleos y dar soluciones permanentes a los panameños”.
La economía panameña es dependiente de los servicios y está muy golpeada por factores como la crisis hídrica del Canal que obligó a restringir el tránsito de buques, o el cierre el año pasado, en medio de una controversia legal y social, de la gran mina Cobre Panamá, de la canadiense First Quantum Minerals, un negocio que suponía casi el 5 % del producto interno bruto (PIB) del país.
A ello se suma el gasto de fondos públicos durante el Gobierno saliente de Laurentino Cortizo bajo el pretexto de la pandemia y la crisis consecuente, como señalan economistas y políticos locales al recordar que la deuda sobrepasó los 50.000 millones de dólares este año cuando hace cinco, al inicio de la Administración, rondaba los 31.000 millones de dólares.
La economía panameña creció un 7,3 % del PIB en 2023 y se espera que este año lo haga entre el 2,5 % y el 3,5 %, una proyección mejorada por agentes como JP Morgan (que la elevó de 0,5 % a 3,5 %) luego de que el Canal de Panamá haya elevado el número de tránsitos diarios por la llegada de las lluvias, una circulación que normalizará en agosto próximo.