Trescientos diecisiete millones de personas son víctimas de accidentes del trabajo en todo el mundo, según cifras de la Organización Internacional del Trabajo, OIT. En América Latina se registran 11,1 accidentes mortales por cada 100.000 trabajadores en la industria, 10,7 en la agricultura, y 6,9 en el sector de los servicios.
Sectores clave para las economías regionales, como la minería, construcción, agricultura y pesca, también figuran entre los que presentan mayor incidencia de accidentes. Aunque las primeras regulaciones sobre seguridad laboral surgieron en el siglo XIX, durante la Revolución Industrial, empresas y gobiernos han fortalecido con el tiempo las medidas y normativas para proteger la salud, seguridad y bienestar de los trabajadores.
Sin embargo, a pesar de los avances en la protección de los trabajadores, los desafíos persisten. Sobre todo, en lo que respecta a la delgada línea de la responsabilidad en los accidentes de trabajo.
La aplicación de la Ley en casos de Seguridad Laboral
En países como Chile, la legislación laboral establece estándares estrictos en materia de seguridad laboral y protección a los trabajadores. El artículo 184 del Código del Trabajo enfatiza la importancia de “tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores, informando sobre posibles riesgos y manteniendo condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales”.
La redacción de esta norma influye en la forma en que los Tribunales valoran jurídicamente los elementos de la responsabilidad civil en caso de accidentes de trabajo, especialmente en la relación de causalidad y a la imputabilidad (culpa) del empleador.
La interpretación de estos estándares ha generado desafíos en la práctica. La exigencia de tomar «todas» las medidas necesarias para proteger a los trabajadores han llevado a una dura carga probatoria para los empleadores en casos de accidentes laborales, resultando en una fuerte tendencia condenatoria en la mayoría de los casos, donde basta que el accidente ocurra durante la faena laboral para considerar responsable al empleador.
La documentación de las circunstancias de los accidentes, las medidas de protección implementadas y el manejo posterior al siniestro han permitido a las empresas protegerse de mejor manera de casos fraudulentos o de aquellos en los que se estima que no existe responsabilidad, pero que aun así llegan a tribunales.
Un caso destacado en Chile recientemente fue el rechazo de una demanda laboral en la que una trabajadora resultó con lesiones graves debido a un accidente con una máquina cepilladora de maderas. El tribunal acogió la argumentación de la defensa porque el accidente se debió al descuido de la trabajadora al intentar destrabar la máquina mientras aún estaba en movimiento, y a pesar de las medidas de seguridad implementadas por el empleador.
Este emblemático caso se elevó en distintas instancias por varios años, hasta que finalmente la Corte Suprema falló en contra de la demandante negando la indemnización de perjuicio por accidente laboral pues el trabajador se expuso al riesgo imprudentemente.
El manejo de este caso en Chile muestra que, pese a la rigurosidad de las normas laborales, los empleadores pueden impugnar la relación causal y la imputabilidad en un accidente laboral, siempre que hayan cumplido con las normativas de protección y documentado este procedimiento.
Sin embargo, también demuestra la complejidad de encontrar un equilibrio entre la protección del trabajador y la responsabilidad empresarial en materia de seguridad laboral. Si bien es fundamental que los empleadores cumplan con las normativas y brinden un ambiente seguro, también es importante considerar situaciones donde la negligencia del trabajador pueda ser un factor para considerar.
En este contexto, empresas como Crawford juegan un papel crucial al ofrecer soluciones en la asesoría y la gestión de riesgos. Sabemos que la seguridad laboral en Latinoamérica es un desafío complejo que requiere la experiencia de todos los actores involucrados, de modo que contar con el acompañamiento profesional es clave para resolver de mejor manera estos casos, sin importar la instancia a la que lleguen.
Javier Yáñez
Abogado y Gerente de Responsabilidad Civil y Riesgos Financieros en Crawford Chile
Fuentes: Crawford Chile
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