Viajes diarios a la Luna ¿Es posible en un futuro cercano?

Hace unos 47 años, Kam Ghaffarian, el multimillonario emprendedor espacial, emigró a Estados Unidos desde Irán. Hoy, Ghaffarian, de 66 años, se especializa en misiones lunares. Y una de las empresas de Ghaffarian ha hecho algo que ninguna organización privada ha hecho jamás: aterrizar suavemente en la superficie de la Luna.

Según El Tiempo, su abanico de empresas incluye no sólo la que envió un módulo de aterrizaje a la Luna, sino también una que construye una estación espacial para orbitar la Tierra, otra que diseña reactores nucleares avanzados y una organización sin fines de lucro que estudia los viajes más rápidos que la luz. Si bien multimillonarios grandilocuentes como Elon Musk y Jeff Bezos han acaparado la atención por sus esfuerzos por lanzar cohetes reutilizables, las empresas de Ghaffarian han ayudado a responder la pregunta de qué hacer con ellos.

La innovación clave de SpaceX ha sido la construcción de cohetes que han reducido el costo de ir al espacio. Las empresas de Ghaffarian están usando esos cohetes baratos para comercializar la actividad espacial. “Si nos fijamos en los autos o los aviones y todo eso, hubo emprendedores que los crearon y cambiaron el juego, ¿verdad?”, dijo. “Lo que me viene a la mente es Henry Ford o Howard Hughes”. El objetivo de Intuitive Machines, cofundada por Ghaffarian en el 2013, es construir centrales eléctricas, redes de satélites y demás infraestructura para una base lunar.

El 15 de febrero, Intuitive Machines lanzó un módulo de aterrizaje lunar llamado ‘Odiseo’ a bordo de un cohete SpaceX, el primero de dos que pretende enviar al satélite cercano este año en nombre de la Nasa. Odiseo estaba tapizado de las cámaras de la agencia espacial, un reflector láser y un sensor para medir el entorno de plasma de la Luna.

Pero a diferencia de la misión típica de la Nasa, ésta transportaba carga pagada por organizaciones privadas. El aislamiento de ‘Odiseo’ fue diseñado por Columbia Sportswear. La nave transportó el primer centro de datos de una empresa, Lonestar Data Holdings, que quiere almacenar información en la Luna. Y contenía arte: 125 lunas en miniatura creadas por Jeff Koons y selladas en un cubo de plástico de 15 centímetros, pagado por una empresa de NFTs y destinado a ser dejado en la superficie lunar.

‘Odiseo’ alunizó el 22 de febrero, pero no perfectamente. La nave espacial cayó de lado, limitando las comunicaciones con la Tierra. Aun así, Steve Altemus, cofundador junto con Ghaffarian de Intuitive Machines, dijo que Odiseo logró su principal objetivo: aterrizar en la Luna “de forma suave y segura, y devolver datos científicos a nuestros clientes”.

La decisión de la Nasa de subcontratar a empresas privadas tiene como objetivo acelerar el regreso de Estados Unidos a la Luna. La misión ‘Odiseo’ es, esencialmente, la primera ola del programa Artemisa, cuyo objetivo es que los astronautas estadounidenses pisen nuevamente la Luna en el 2026.

El objetivo de la campaña lunar de esta generación es ligeramente diferente del programa Apolo, que envió astronautas a la Luna entre 1969 y 1972. Como le gusta decir a Bill Nelson, administrador de la Nasa, esta vez nos vamos a quedar. Artemisa tiene como objetivo que los humanos realicen visitas repetidas y prolongadas a la Luna para realizar investigación y permitir la exploración más profunda del espacio. Pero hay otro objetivo: la agencia quiere crear condiciones para una economía extramundial —y construir infraestructura, transporte, sistemas de pago y más.

La coalición de países que opera la Estación Espacial Internacional espera retirarla antes de terminada la década. La Nasa ha pedido a empresas privadas que desarrollen sus propias estaciones. Axiom, otra de las empresas de Ghaffarian, se propuso eso y obtuvo el derecho de conectar su propio módulo a la Estación Espacial Internacional en el 2026.

Los verdaderos creyentes en la economía espacial imaginan pasar de un mundo de exploración espacial gubernamental a un futuro en el que la actividad en el espacio se parece mucho a la Tierra —una mezcla de personas, empresas y países con objetivos divergentes.

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