Costa Rica entrega plan que potencia marco de finanzas sostenibles

Fue presentado recientemente el proyecto «Alineando los Flujos Financieros del Sector Financiero de Costa Rica con los Objetivos de Cambio Climático del Acuerdo de París«, cuyo fin es apoyar la meta de Costa Rica de ser un país de emisiones cero para el 2050.

La iniciativa busca desarrollar una taxonomía nacional de finanzas sostenibles y apoyar su implementación en el sector financiero. Al mismo tiempo, desarrollará un marco para mapear, cuantificar y divulgar los riesgos financieros relacionados con el clima. Estas metodologías y herramientas también serán probadas en las carteras de entidades bancarias y aseguradoras para evaluar su exposición a estos riesgos y definir estrategias de mitigación.

De esta manera, se proporcionará al sector financiero costarricense con la estructura guía necesaria para movilizar el capital privado hacia una economía de bajas emisiones y resistente al clima, y para fortalecer su capacidad de adaptación a los efectos del cambio climático.

«La Oficina del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) para América Latina y el Caribe, junto con Iniciativa Financiera (UNEP FI), dentro del marco de esta iniciativa, apoyará a las autoridades nacionales y al sector financiero privado en un esfuerzo conjunto para reorientar los flujos financieros hacia una economía de bajas emisiones y resistente al clima alineada con el Acuerdo de París‘», sostuvo Piedad Martin, directora regional adjunta del PNUMA para América Latina y el Caribe.

Para que Costa Rica logre cero emisiones netas en 2050 será necesario un componente importante de inversión privada. La taxonomía de finanzas sostenibles de Costa Rica buscará guiar la inversión privada hacia las actividades económicas necesarias para lograr este objetivo. Las autoridades costarricenses desarrollarán la taxonomía para proporcionar criterios estandarizados, basados en la ciencia y armonizados internacionalmente, sobre los cuales se puedan considerar inversiones y actividades económicas ambientalmente sostenibles.

La taxonomía tiene como objetivo proporcionar certeza a los inversores, prevenir el greenwashing, apoyar el crecimiento de los mercados financieros verdes nacionales y aumentar el atractivo del país para los inversores internacionales. De esta manera, «la taxonomía favorecerá la transparencia y creará un ambiente propicio para las inversiones en finanzas sostenibles«, dijo Enid Chaverri, directora de Cooperación y Relaciones Internacionales del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE).

Katja de Sadeleer, jefa de Asuntos Políticos y primer consejero de la Delegación de la Unión Europea en Costa Rica, dijo que «si bien se deben considerar las especificidades locales, garantizar la comparabilidad e interoperabilidad de las taxonomías en diferentes jurisdicciones brinda credibilidad, integridad y transparencia al mercado, lo que permite la movilización de flujos de capital transfronterizos«.

Al mismo tiempo, debido a su ubicación geográfica, Costa Rica tiene una alta exposición a los riesgos asociados al cambio climático. Las estimaciones oficiales evidencian que, en las últimas tres décadas, el costo fiscal del efecto directo de desastres hidrometeorológicos extremos varió entre el 0,3% y el 1,7% del PIB por año, principalmente en relación con la reparación y reconstrucción de infraestructuras dañadas.

Rocío Aguilar, superintendente de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) y la Superintendencia de Pensiones (Supen), explicó que «las inversiones en proyectos amigables con el clima son una gran oportunidad para las instituciones financieras, ya que estas inversiones tienden a tener un mejor desempeño. Sin embargo, el cambio climático conlleva varios riesgos, como el aumento de los incumplimientos de préstamos en áreas afectadas por eventos climáticos extremos. El monitoreo de datos sobre flujos y riesgos climáticos nos ayudará a identificarlos mejor y visualizar la contribución del sector financiero a las metas climáticas nacionales».

En este sentido, los reguladores y supervisores financieros (Sugef, Sugeval, Supen y Sugese), que desempeñan un papel fundamental en la salvaguardia de la estabilidad macroeconómica y financiera del país, hacen grandes esfuerzos para fortalecer la resiliencia del sector financiero costarricense ante el cambio climático.

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