La sostenibilidad es una propuesta política con un objetivo de desarrollo flexible y propio. Con sus propios recursos, cualquier grupo humano o sociedad pueda alcanzar la existencia y garantizarla indefinidamente.
En los países más ricos, esto es posible, a partir de los elevados niveles de desarrollo alcanzados por la ciencia y la tecnología, aplicados a la economía, a la educación y a la alimentación, entre otros, generando cantidades nunca vistas de bienes, tratando de no poner en peligro los recursos materiales y los naturales.
Según publica El Siglo, estos grandes avances fueron resultados de nuevas aplicaciones a las áreas como la producción industrial, la salud y la naturaleza con el fin de asegurar indefinidamente su existencia.
A nivel global, se ha hecho posible la vida en la tierra para más de 7 mil millones de habitantes. Una séptima parte de esta población son los que tienen asegurada su existencia y su reproducción con sus propios recursos naturales y humanos, al contar con capital humano. El resto está buscando la salida, construyendo sus propios caminos para lograr su estabilidad.
La tarea pendiente de la sostenibilidad es la superación de la destrucción ambiental, producida durante los últimos siglos por la industria y el agro que han hecho de este planeta, un lugar menos seguro para todos, pues la calidad del aire y del agua, cada vez, es menor por el consumo masivo de oxígeno.
El consumo del carbón y de hidrocarburos generaron la producción y el consumo ilimitado de los recursos naturales. El estilo de desarrollo poco sustentable y desequilibrado con la naturaleza, es arrasador y explotador e intensivo en recursos naturales.
Todo lo cual ha provocó el cambio climático, al que recientemente Bill Gates consideró necesario volver a la liberación cero de Co2 a fines de este siglo para lograr el equilibrio perdido porque es necesario que se recuperen los niveles iniciales de producción de oxígeno para esa fecha. Y volver al nivel de la era pre industrial con el consumo cero de oxígeno. Los países más sustentables (ricos y menos ricos) deben de redoblar esfuerzos para lograr el equilibrio ambiental que se requiere para que la vida continúe.
De acuerdo con la afirmación de Bill Gates, todas las propuestas anteriores, aún la de París, ya no son suficientes para resolver el problema, excepto la de colocar el desarrollo sostenible en el centro de la agenda y forjar una nueva alianza mundial.
Realidad guatemalteca
En este contexto, Guatemala es uno de los países más débiles y con más problemas ambientales. El consumo de la leña durante siglos para cocinar los alimentos, hizo que la población de árboles sea escasa y que los fenómenos ambientales provoquen destrucción y muerte, en los periodos de lluvias.
El monocultivo es la base de la alimentación de la población de menos recursos. La escasez de lluvias provoca que sea posible sólo un tiempo de siembras, de maíz y frijol, reduciendo la cantidad de alimentos y aumentando la desnutrición infantil. La problemática ambiental de este país duraría muchos años para ser resuelta desde la sostenibilidad, de ahí la urgencia de implementar un proceso de desarrollo progresivo.
Lo que significa implementar una amplia base de producción campesina y artesanal con sus redes para asegurar la distribución y consumo de la producción agrícola y artesanal para asegurar la existencia y la vida de los sectores mayoritarios.
Para Guatemala la solución está en invertir las prioridades, hacer que el Estado priorice la formación de capital humano, colocando a las personas en el primer lugar con políticas públicas, a fin de garantizar la mano de obra calificada, con una educación pública de buena calidad.
Y sobre la educación ambiental, convertirla en un eje transversal, con una ciudadanía proactiva y consciente de las urgentes tareas y de las necesidades de esta sociedad donde sea posible que 17 millones de habitantes vivan planamente.
Relacionada: Centroamérica: Empresarios destacan el valor de la sostenibilidad